La noche es mucho más oscura justo antes del amanecer..

jueves, 5 de mayo de 2011

De dioses y mortales

Me quedé boquiabierto en cuanto la vi.
Olvidé mi nombre. Olvidé dónde me hallaba. Olvidé cómo se habla con frases normales.
Ella llevaba un vestido rojo de raso y el pelo rizado en una cascada de tirabuzones. Su cara era la más bella que había visto jamás; un maquillaje perfecto, unos ojos deslumbrantes, una sonrisa capaz de iluminar el lado oscuro de la luna.
Ahora que lo pienso, creo que no sabría decirte a quien se parecía. Ni tampoco de qué color era su pelo o sus ojos. No importa. Escoge a la actriz más guapa que se te ocurra. Ella era diez veces más bella. Escoge tu color de pelo favorito, el color de los ojos, lo que sea. Ella lo poseía y lo mejoraba.

Ella sorió compasiva. Era verdaderamente hermosa. Y no solo porque tuviera una cara bonita o lo que fuera. Ella hablaba del amor... ella creía tanto en el amor que era inevitable que la cabeza te diera vueltas delante de ella.
- No saberlo es parte de la diversión.- dijo Ella.- ¿Verdad que resulta exquisitamente doloroso cuando no sabes con seguridad a quien amas ni quien te ama a ti?- dijo ella emocionada, que parecía que se iba a echar a llorar.
- No llore..- le rogué, no podría soportar semejante rostro.. tan bello corrompido por las lágrimas.
- Y descuida.- dijo ella volviendo a su tono divertido.- No permitiré que te resulte fácil ni aburrido. Te reservo algunas sorpresas maravillosas. Angustia, dudas... espera y verás.
- ¿Me reserva?- pregunté nervioso y un tanto dubitativo.- ¿Usted me reserva a mi sorpresas en el terreno amoroso?
Ella me miró, con esos ojos que parecían el principio de la primavera y sonrió sarcasticamente.
- Dime chico... ¿De verdad que todavía no sabes quien soy?- preguntó ella maliciosamente... y se evaporó, como la espuma en la cresta de las olas..

Me quedé atontado.. sin saber que hacer. Años más tarde... comprendí que aquella mujer.. que me había encontrado cuando menos lo esperaba, era Afrodita, la Diosa del Amor y las Pasiones humanas

EQUINOCIO ANTICIPADO


Se acerca el equinocio, el invierno está ya, una vez más, a la vuelta de la esquina y tengo la extraña sesación de que este año,
se ha adelantado al calendario entrando en mi vida por la ventana abierta que tengo para que se escape el tiempo que ya no paso contigo.
Abro el armario y saco la ropa de verano, y la subo al camarote para cerrarla bajo llave y bajar a su vez la de invierno, la del frío.. siempre he sido muy rara para estas cosas y nunca he cambiado la ropa antes de los equinocios, pero este año, el equinocio, para mi, ha llegado antes de lo previsto.. porque bueno, esta vez el otoño no ha transcurrido como había previsto, nada ha ocurrido como había previsto..

No es el cambio de año, no son las navidades, no son las vacaciones.. es el invierno en si el que me gusta, no lo que trae con él. El frío anda por las calles de esta ciudad que para mi ya ha perdido el nombre, pues lo unico que me recuerda su nombre, es cuando decías que vendrías a verme, que querías venir.. que querías estar conmigo en mi ciudad.
La nieve cubre las calles con finas capas de blanco, que no serán tan finas en unas semanas.. es un aviso. El viento del norte, del mar que se extiende a unos kilómetros, azota con fuerza y firmeza.. congela para algunos, para mi sana.

Y bajo a mi casa, para meter la ropa al armario y colocarla. Mis abrigos, las botas de monte, los calcetines gruesos, pantalones vaqueros estrechos y que abrigan, camisetas largas, guantes y bufandas.. y me visto, atando los cordones de las botas y sentándome frente al espejo para colocarme la bufanda, lo justo para que cubra el cuello.. dejando la cara libre para recibir los golpes del aire. No enfundo las manos en guantes, pues el tabaco se filtra en ellos y no se quita. Salgo a la calle, que está desierta, pues nadie sale a la calle un martes a las casi doce de la noche, cuando ya la temperatura a bajado tanto, que hasta las farolas dudan si iluminarse y la nieve ha comenzado a helar.

Al salir del portal el cambio es brusco y el frío entra por los huecos libres de la camiseta, sanando las heridas de mi piel.. y deseo no tener piel, para que el frío entrara directamente al corazón y lo sanara, momentaneamente, por unos segundos.. pero que lo sanara. Y respiro profundamente, cogiendo todo el aire que puedo.. y lo siento recorrer mi boca, bajar por mi pecho y llenar mis pulmones.. esa sensación que tanto molesta a la gente, que protegidos por la bufanda, evitan resfríar el frío.. pero a mi no me molesta, es de las pocas sensaciones que consigue aliviarme, que me golpea con tanta fuerza que me impide pensar en ti.. al menos de momento. Y suspiro con fuerza y determinación, expulsando el aire, ya caliente de mi. Mientras que mi sangre pide a gritos nicotina y derivados, y pienso.. ¿Por qué no complacerla? Y las manos salen de los bolsillos, agarrando el paquete de tabaco con una, y el mechero con la otra.. porque ya no puedo encender el cigarro con zippo.. me recuerdan tanto a ti, aunque no te gustaran, aunque odiaras que fumara.. me recuerdan tanto a ti.

Y llevo el cigarro a la boca, para con la otra mano, entumecida por el frío para algunos.. sanada para mi, intenta encenderlo, pero no prende, hace tanto frío, que hasta el fuego del mechero tiene miedo de salir y suspiro desencantado, intentandolo de nuevo.. y nada, será que el frío no quiere que fume, como cada año, pues no solo cambio de ropa también cambio de formas.. invierno es el mes de las cerillas.. que siempre prenden,
y guardo el mechero, pero saco la caja de cerillas.. para deslizar una por el canto de la caja y sentir el calor.. que abre las heridas como si de un rayo prendiendo un bosque se tratase.. y lo enciendo, sintiendo el humo recorrer el mismo trecho que recorrió el aire frío.. aliviando como siempre, calmando los gritos de mi sangre.. envenenándola a largo plazo, condenándola... pero sanándola en el momento.

Y comienzo a caminar, tirando lo que queda de la cerilla lejos, caminando hacia el parque que recorro todos los días, sentándome en uno de los bancos que me siento siempre, sanando mis piernas, que cansadas de soportar el peso de mi alma día y noche, están heridas. Y me dejo caer en el banco, disfrutando de las últimas bocanadas de veneno para algunos.. medicina para mi.
Pero mi mente vuela.. el frío no la sana, no a mi mente, pues separada de mi cuerpo, vuela junto a ti, viéndote, tumbada en la cama.. durmiendo, bloqueada por el cristal de mi razón para no meterse en tus sueños.. y averiguar, lo que ya se.. que no sueñas conmigo.

Y el calor vuelve a invadirme, abriendo las heridas, trayendo consigo el dolor, la rabia.. la desolación de la mano de la desesperación.. y tiro el cigarro lejos, a una alcantarilla, que se pierda en las cloacas, pues tu voz resuena en mi cabeza quitándome las ganas de fumar.. con tus argumentos, pues.. eras el único capaz de hacer que quisiera dejar de fumar. Y me levanto del banco, pues de nuevo me invaden los recuerdos.. hace semanas me mandaste un mensaje que consiguió pararme el corazón y elevarme al cielo.. y yo justo estaba sentada en ese banco. Y enrrosco mis dedos en el pelo tirándo de él.. intentando arrancarme tu recuerdo, golpeando con fuerza mi cabeza contra la dura piedra de la gran catedral que se levanta delante de mi. Aturdiéndome.. mareándome, para caer al suelo medio inconsciente, en medio de ese jardín que tanto soñé recorrer contigo.

Y de pronto la oscuridad de la noche se torna día, y ya no siento frío, ni calor ni dolor. Te veo, de pie, junto a mi, tendiéndome la mano para que me levante y me incorporo, tumbada todavía sobre ese jardín, mirándote, contemplándote.. mientras me sonries y te acercas, para agacharte y acercar tu mano a mi. Que no dudo en cogerla, con la esperanza de que me lleves contigo, de que me saques de ese vacío, de que nos quedemos en este paraíso que no se muy bien que es... pero no me importa, estás conmigo. Y cuando mis dedos rozan tu mano, en un éfimero sentir de tu piel.. vuelve la oscuridad.. el frío.

La cabeza me da vueltas y llevo una de mis manos, que incapaz de moverse, acaricia mi frente, para sentir el recorrer de la sangre que emana de la herida, y suspiro, dándome la vuelta en el suelo, para hundir mi rostro en la nieve, sintiendo ese frío en estado puro acariciándome la cara, calmando el dolor de la cabeza, para dar paso al dolor de mis pulmones que gritan pidiendo aire y les hago sufrir, pues a pesar de estar ahogándome fisicamente, sigo respirando, y la nieve me alivia.. mucho. Pero cedo.. y me levanto, para apoyarme en la pared de la catedral, recuperando ese aire que ya no tiene sentido desde que tu aliento no me acompaña.

Miro al cielo.. es una noche estrellada, una noche preciosa para algunos, mortal para mi. Pues tu rostro se dibuja en las estrellas.. no hay lágrimas que afloren por mis ojos.. el frío las ha congelado, sin embargo mi corazón llora sin control alguno. La respiración se acompasa con los latidos y la cabeza deja de dar vueltas, me separo de la pared y comienzo a caminar, sanado por el frío, sin dar tumbos.. dándome cuenta, de que ni el dolor físico es capaz de aliviar mi alma..

Y llego a casa, entrando con cuidado, no quiero despertar a nadie y dejo la bufanda sobre la mesa, quitándome toda la ropa, pues ahora el calor grita y la ropa no ayuda. Me pongo el pijama y entro en las sábanas nuevas.. las viejas tenían demasiados recuerdos tuyos y las quemé, aunque no sirvió para nada, pues todo está en mi mente y sigue en ella, sin salir, sin darme pausa ni descanso...

He intento dormir, pero no puedo, porque no estás conmigo y desvío mis pensamientos a otra parte, a otra persona, hecho, momento de mi vida.. pero nada consigue dejar que deje de dar vueltas y vueltas.. hasta que como cada noche me resigno y pienso en ti, en que me abrazas, en que nada pasó y sigues conmigo.. y se que es la mayor mentira que jamás esperé conseguir creerme.. pero, una vez más, como cada noche.. consigo conciliar el sueño, sueño provocado por una mentira, estabilidad provocada por una mentira, calma traida por una mentira... pero al menos.. consigo dormir.

martes, 23 de marzo de 2010

La vida.

Cogió el vaso, repleto de whisky y lo movió con su mano de tal manera que los hielos tintinearan unos con otros. Él la miró y suspiró mientras desviaba la vista, estaba incómodo.
- Se que nunca te gustó que bebiera, o que fumara, o que hiciera cualquiera de esas cosas que tu consideras pérdida de tiempo.- dijo ella al darse cuenta de los gestos que él hacía.
Él negó ligeramente y sus labios se torcieron esbozando una ligera sonrisa.
- Nunca te lo eché en cara.- dijo mirando el paquete de tabaco de ella, seguía fumando L&M como hacía años, seguía enciendo el cigarro con el mismo tipo de mechero y sobre todo, seguía pidiendo el whisky con el mismo corte de hielo.- No has cambiado mucho por lo que veo.
Ella se llevó el vaso a la boca para sorber un poco de aquel alcohol destilado.
- Si te refieres a que sigo siendo la misma imbecil.. no, no he cambiado.- dijo ella cogiendo el paquete para sacar un cigarro.
El negó con la cabeza de nuevo, ella seguía siendo igual de sarcástica que cuando se conocieron.
- Supongo que te preguntarás... Por qué te mandé aquella carta y por qué hoy, 30 de noviembre, quería que nos viesemos.- dijo el templando el tono, tenía que escoger las palabras con sumo cuidado, ya que no quería errar de nuevo.
Ella sonrió, por primera vez aquella tarde, y él supo que no había nada distinto en ella, tal vez unos años más, pero en esencia, seguía siendo la misma.
- No sé porque has elegido el 30 de noviembre, pero en cuanto a la carta... ¿Sabes? Estuve mucho tiempo esperando algo de ti... y en la carta, hablabas de mi, me costó mucho abrirla, porque sabía que podrías derrumbar lo que con tanto esmero he estado todos estos años construyendo.- dijo ella con un tono cortante.
- Hoy hace 3 años te dije que no quería que estuvieras en mi vida... - dijo obviando los comentarios sobre la carta.- Y quería que fuera hoy.. porque quiero decirte, que dejarte marchar fue el mayor error que he cometido... y se que todavía estoy a tiempo de arrglarlo.- dijo el de un tirón y respirando profundamente.
- ¿Por qué estas tan seguro de que puedes arreglarlo? - preguntó ella mientras el cigarrillo se iba consumiendo sin que le diera ninguna calada.
- Estás aqui al fin y al cabo, leiste la carta y has venido.- dijo el como si fuera obvio.- Yo.. yo te quiero, nunca dejé de hacerlo.
Ella bajó la vista y bebió el whisky de golpe, en el fondo estaba preparada para ese momento, dio una calada al cigarro y lo apagó en el cenicero.
- Yo tambien te quiero... te quiero tanto.- le dijo con parsimonia y una tristeza incontenida.
El sonrió, por fin iban a poder estar juntos. Pero ella se levantó y con los ojos vidriosos esbozó una sonrisa... sincera.
- Y por eso se, que no me merecía lo que me hiciste, que no mereces que yo te haga feliz, que nunca mereciste que te quisiera tanto.- le dijo rápidamente.- No soy una mala persona y me hiciste sentir como si fuera un ser rastrero que se interpuso en un amor verdadero, me hiciste sentir una imbecil que creyó haber encontrado el amor.- dijo cogiendo el bolso, preparada para irse.
- Pero... pero estás aquí.- dijo él levantándose.- has venido, podías haberme ignorado.
- Necesitaba verte, porque hasta que no te viera, hasta que no te oyera, no iba a saber que es lo que siento por ti.- dijo ella.- Y lo unico que siento, es que ya por fin he terminado con nuestra historia.
Y dejandole a él con el corazón en un puño, se fue de aquel bar.

"La vida puede parecer muy dura, hay baches que pueden parecer insuperables, corazones que parece que nunca se recuperaran, pero la verdad es otra, si bien es cierto que la vida es dura, eso si, en la medida en la que dejamos que sea, porque al fin y al cabo, la importancia a las cosas se las damos nosotros... Hay otra cosa que no es cierta, todo se supera, y hasta el corazón más apaleado, con ilusión y algo de tiempo... puede volver a amar de nuevo"

domingo, 21 de marzo de 2010

Te odio

Muchas veces, cuando alguien dice.. "Le odio" contesto, "ten cuidado, que el odio no es lo contrario del amor, sino la indiferencia"
Y ahora, me veo en la tesitura, en la extraña tesitura, de no saber si aplicarme mi mismo consejo o elaborar alguno otro nuevo. Porque no puedo dejar de pensar en lo mucho que te odio, si, te odio, pero no porque siga queriendote, no, eso ya deje de hacerlo hace tiempo, sino porque aun lejos de mi, sigues estando cerca y me recueras constantemente, que por ti lo di todo y me pagaste con nada, que luche y arriesgué, porque te quería, porque creía en lo nuestro, y lo unico que conseguí fue estamparme contra el muro de la realidad, que nunca creiste en lo nuestro y mucho menos confiaste en venirte conmigo.
Eso es lo que me recuerdas constantemente, que el amor es sinonimo de sufrimiento, que se haga lo que se haga alguien siempre acaba pagando.

Y estoy cansada, sobre todo, porque no te mereces haber ejercido tanto poder sobre mi, porque nunca fuiste nada mas que un infeliz con miedo a ser feliz, y me da rabia, mucha rabia que ahora, tenga miedo.

Asi que si, te odio, te odio con todas mis fuerzas, porque no solo me destrozaste el conrazón, sino que tambien, me has vuelto desconfiada y temerosa, insegura... y sobre todo, te odio porque te has llevado una parte de mi convirtiendome en otra persona. Una persona, que por miedo a que todos sean como tu, es incapaz de amar.

martes, 19 de enero de 2010

El Amor

Eros, el amor, es un daimon, un ser intermedio entre dioses y hombres. Por su genealogía, Eros se halla en una situación parecida a la que tiene el hombre respecto al conocimiento, situado entre la ignorancia y la sabiduría.

De la misma manera que sólo ansía saber aquel que no es absolutamente ignorante, y por tanto no sabe de que carece, ni absolutamente sabio, pues ya no tendría la necesidad de saber nada más, el amor es aspiración al saber y apetito de belleza.

Hijo de la pobreza y de la riqueza, el amor es un impulso hacia aquello que falta: es pobreza de todo lo bueno y bello que existe, y por ello impulso hacia aquello de lo que se carece.

¿Por qué Eros es amor a la belleza?

Para un griego como Platón, lo bello no es "lo bonito". No es este un asunto meramente estético. La belleza es el resplandor de la idea en la cosa. Es "presencia". Esto es, precisamente, lo que la hace bella.
Las cosas son bellas porque nos transportan fuera de lo inmediato y material, a través de ese resplandor de la idea en lo materia. Por eso, Eros implica una ascensión desde las cosas materiales hasta las ideas mismas. Las cosas hacen de peldaños, de escalones hasta las ideas, ya que reflejan a las ideas mismas y nos permiten su contemplación y desocultación, mostrándonos la diference misma entre el mundo material y el mundo inteligible.

El amor une el mundo divino y el humano, comunica el "espacio", el vácío que media entre el mundo sensible y el inteligible.. de tal manera que todo queda ligado.
En este sentido es un ser intermedio, de la misma manera que lo es el alma: Aquello que media entre el mundo inteligible y el mundo sensible, el alma comunica a los hombres con la región divina de las ideas. Con sus idas y venidas lo idético se hace visible a los ojos del alma.

Eros es por eso, una desmesura, una locura que nos muestra la fractura de nuestra propia realidad.

El amor nos lleva a un mundo tortuoso, pues darse cuenta de lo que nos falta no es plato de buen gusto, de sentir que no seremos jamás completos. Pero como dijo Diótima en su discurso, Eros nos transporta a un mundo... tal vez no sea el mejor, pero si es un mundo en el que merece la pena vivir.. en ese mundo SI.

lunes, 18 de enero de 2010

Comenzando de Nuevo

Porque no hay nada mejor que la escritura sin condicionar.

Actualizaciones en breve, gracias ^^